Se trata de una cena de aromas y sabores para enamorar el paladar, y que te transporta a un mundo diferente, haciéndote olvidar del ruido de Quito.
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La iniciativa nace del reconocido chef ecuatoriano Henry Richardson Moreno, junto con la Fundación Reina de Quito, y su directora ejecutiva, Sofía Arteta.
El objetivo principal, según expresó la Reina de Quito, fue recaudar fondos para solventar los programas sociales que promueve la Fundación, y apoyar al Centro Infantil Aprendiendo a Vivir. Este atiende a más de un centenar de niños con síndrome de Down, desde su nacimiento hasta las 5 años de edad. “Queremos desarrollar niños con síndrome de Down autónomos, que puedan tomar sus propias decisiones”, dice Ana Carolina, quien lucía un precioso vestido de gala amarillo.
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Los fondos recaudados también servirán para el Programa Ayudas Puntuales en Salud, cuyo fin es entregar aportes económicos para las operaciones, medicinas y tratamientos de personas de escasos recursos económicos, que promueve la Fundación Reina de Quito, en la que trabajan con devoción y ahínco tanto la soberana actual como todas las solidarias ex reinas.
La Reina de Quito dio la bienvenida al público con un emotivo discurso, y agradeció a los asistentes por el apoyo brindado. Enseguida, las puertas del patio principal se abrieron. Al entrar, nos sumergimos en una atmósfera de glamour y originalidad, llena de colores, aromas y sabores diferentes. Todo estructurado para hacer sentir a cada uno de los más de 400 asistentes como un invitado especial.
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Elegantemente vestidos, los invitados estaban listos para disfrutar de la gala. Una velada llena de colorido, diferentes platos gastronómicos y la exposición de los mejores vinos. Además, fueron testigos de la premiación a los tres mejores platos de la gala.
En un ambiente original, cálido y sofisticado, los asistentes ocuparon las 40 mesas adornadas con coloridas rosas producidas en el Ecuador. Alrededor los 14 restaurantes gourmet más destacados y exclusivos de la ciudad, presentaron sus mejores platos tanto de dulce como de sal. Ante la interesante selección de propuestas gastronómicas, pocos sabían cuál elegir. Incluso la iluminación y decoración de cada restaurante jugaba con las sensaciones de los invitados.
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Los principales sabores de la noche incluyeron cocina típica, oriental, mediterránea y de Oriente Medio. El evento contó con la presencia de dos chefs internacionales e invitados especiales: la chef colombiana Leonor Espinoza, y el chef venezolano Sumito Estévez, quien es reconocido en toda América Latina por sus programas de cocina en el canal Gourmet. Ellos junto a tres chefs nacionales: Henry Richardson, quien tiene 25 años de experiencia en el medio gastronómico; Grace Donoso, directora y fundadora de la Cofradía del Vino, y Álvaro Samper; Presidente de la Cofradía del Vino, degustaron los mejores platos de los restaurantes participantes:
ALMA – BARLOVENTO – BRICCIOLA – CARMINE - CASA DAMIAN - EL PAJONAL - LA GLORIA - LA VIÑA - LE PETITE PIGALE – NOE - SEGUNDO MUELLE – THEATRUM – ZAO - ZAZU
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“En todo jurado hay distintos criterios. Éramos cinco jueces. El plato ganador fue un plato muy extraño. Incluso, cuando leímos la receta, nos asustamos un poco y dijimos ‘esto es un champú’, pero la verdad es que es muy bueno. Cuando lo probamos, el plato nos ganó. También habían otros platos excelentes, como el que salió tercero, y a mi criterio, lo puse en primer lugar. Entre los cuatro primeros fue muy difícil saber y escoger cuál sería el ganador”, comenta Álvaro Samper, jurado, y fanático del buen comer y del buen beber.
El primer lugar de Rosa de Oro fue otorgado al acogedor restaurante de cocina contemporánea, Le Petit Pigale a cargo del chef francés Johan Ducroquet y su esposa Cristina. El plato, Flores de Zuquini, consistía en flores organicas de zuquinni, rellenas de escargots y pollo, servidas con una emulsion de coco y chorizo, acompañada de un condimento de pimientos rojos.
El segundo, Rosa de Plata, se llevó “Theatrum”, caracterizado por cocina gourmet mediterránea de vanguardia. El plato de Theatrum fue Mero a la parrilla, puré de arvejas, ragout de alcachofas, zapallo italiano y champiñones a las hierbas.
Y el tercero, Rosa de Bronce, recayó en el restaurante de influencia peruana, mediterránea y oriental, “Zazu”, con un delicado Foie Gras Duo, que también contó con el reconocimiento como el restaurante de mejor decoración. El cuarto lugar con Rosa de Cristal fue para la galardonada cadena peruana, “Segundo Muelle”.
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“Sobrepasamos con las expectativas que teníamos para el evento”, dice Sofía muy emocionada, “vendimos todas las entradas y con la ayuda de los auspiciantes cubrimos todos nuestros gastos. Esperamos volver a repetir este evento tan loable todos los años”.
Durante el evento fue evidente la relación de lealtad entre la actual soberana y sus antecesoras, quienes colaboran activamente, con su actitud positiva y su experiencia, para que ella pueda cumplir eficientemente su reinado.
Resaltando la Cena de la Rosa, se realizaron varios eventos alternos. Estuvimos en ellos. Un desayuno en Verde Esmeralda y un almuerzo en La Choza, dio lugar al primer contacto de los chefs internacionales con nuestros ingredientes y sabores, después, el buen sabor se exaltó con una cena en Coquus, especialísima.
Para celebrar el éxito del evento, la Fundación Reina de Quito llevó a cabo el “after party” de la Cena de la Rosa en la discoteca MUN, lugar al que asistieron algunos de los invitados y ex reinas de la ciudad. El día domingo, en una noche especial, Henry Richardson, se lució con sus habilidades culinarias. Ofreció un elegante coctel en honor a los restaurantes participantes y a los ganadores de la cena. Y una vez más, conquistó a sus invitados del mundo empresarial y social, con un despliegue de buen sabor y acertadas combinaciones.
Por: Alegría Durán-Ballén.
Fotos: Gabriel Pazmiño
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