lunes, 23 de abril de 2012

Sebastián Castella: El lado emocional de un torero


Sebastián Castella

El lado emocional de un torero

Al conversar con un torero uno se podría preguntar cómo es en verdad. ¿Será una persona fría, distante, con la mirada dura, muy segura de sí misma y ante el peligro? Sebastián Castella, la figura del toreo universal, resulta ser una sorpresa. Es una abrumadora fuente de emociones y pasiones. Por un instante podremos entrar a ver el lado no tan conocido de un personaje que lidera en el mundo taurino. Asombra la profundidad y sinceridad con que abrió su alma, regando en palabras, aquello que le empuja a sobresalir en este ambiente lleno de peligro, para dar un espectáculo de altura, un regalo para el público.
Sebastián Castella
Se abre camino desde su tierra, pero su noble corazón hace que la decisión se postergue. “Siempre me gustó el arte del toreo, pero tardé bastante en decidirme. A mí no me gusta la caza ni la pesca. No me gusta ver a un animal sufrir y por eso me daba mucha pena torear, hasta que entendí de qué se trata. Poco a poco fui entendiendo que la muerte del toro hace parte de ese arte”.

Comienza en la escuela de tauromaquia y a participar en capeas, becerradas y espectáculos taurinos de su pueblo natal, en Béziers, Francia. En el 2000, Enrique Ponce le concede la alternativa de matador de toros. Y desde entonces, la entrega y pasión total de Castella ha roto fronteras durante doce temporadas. Ahora, basta con mirarlo para darse cuenta que el artista del mundo taurino, atraviesa una etapa de madurez en todo sentido. 
Sebastián, ¿cómo es la vida del torero emocionalmente?

Es una muy buena pregunta y por mucho que te cuente, creo que nadie lo puede entender. Hoy, antes de partir a la plaza, estaba pensando justamente en eso, en que el torero pasa mucho nervio, tensión, miedo escénico, miedo al fracaso, sobre todo cuando se llega a un status de torero importante.
Sebastián Castella
Sebastián Castella
En una sola corrida hay muchas emociones y distintos momentos. Hay el momento del miedo del torero antes de literalmente jugarse la vida. Hay momentos en que se te pone la mente en blanco y otros en que sientes que se te va a salir el corazón. También hay el momento del triunfo, de euforia, de alegría. Son muchas cosas que pasan en pocos minutos y la verdad es que es difícil asimilarlo. Es muy difícil llevar esta presión emocional. Yo por el miedo a no hacerlo bien y siempre querer dar lo mejor de mí, paso muchos nervios y eso es algo que el público no sabe. Además hay muchos momentos en que uno está completamente solo, pero es necesario.

¿Disfrutas de la soledad y el silencio?
Disfruto muchísimo. Cuando estoy en la plaza, y así hayan veinte mil personas, estoy solo delante del animal. Es como estar en una burbuja. Es un momento de soledad que te llena mucho y que hay que prepararlo, trabajarlo y mentalizarse. Desde niño soy bastante solitario por muchas razones y ahora necesito esos momentos para mi profesión y para mi estabilidad personal. Muchas veces me voy solo en el coche a cualquier lugar o me quedo en mi habitación.

Cuéntanos cómo es tu comunicación con el toro.
Hay muchos toreros que dicen “vamos a la guerra” porque lo ven como una pelea con el toro, pero para mí no es ninguna pelea. Se debe conjugar la fuerza del toro con el arte y la inteligencia del torero. Para hacer una faena bonita, para que haya armonía, no tiene que haber violencia. Es como una obra entre un bailarín y una bailarina, donde hay una profunda compenetración. El torero y el toro son muy similares. Tiene que ser así para poder hacer arte. 
¿Cómo describirías tu estilo de torear?

Me gusta hacer el toreo bonito, el toreo bueno, pero por las circunstancias en mi carrera, he tenido que aprender a arriesgarme. De novillero me quedaba a la distancia y cuando tomé la alternativa, sí tuve que arrimarme como se dice, ponerme cerca del toro para poder triunfar, para cortar oreja y poder torear día tras día, o sino era quedarme en mi casa y ser uno más.
Sebastián Castella
Sebastián Castella
¿Qué haces antes de salir a torear? ¿Tienes algún tipo de ritual?
Todos los toreros tenemos manías, y yo tengo mil de éstas. Me agarran manías de un día para otro como con un traje en específico, un coche o un chofer. Por ejemplo, el año pasado que vine estuve en una habitación y tuve un gran triunfo, y si este año llego y no me dan la misma, pues me pongo triste o terco (risas).

¿Cómo relacionas las corridas de Portugal con las fiestas que ahora vivimos en Quito?
No tiene nada que ver. Aquí se sigue picando y hasta la hora de morir del toro, la corrida es como ha sido toda la vida. En Portugal no se pica al toro, pero sí se le corta un poco los cuernos, lo que hace que el toro se quede con toda la violencia, no con fuerza. Entonces no se torea tan despacio y tan bonito como en una faena normal.

¿Qué nos puedes decir respecto a las críticas que han habido hacia ti por apoyar la Fiesta en Quito aunque se haya prohibido la suerte suprema?
Me han dicho que soy un traidor, que no tenía que venir porque muchos compañeros toreros ya no vienen. Han utilizado la palabra traidor y por eso me molesté mucho. Yo creo que de traidor no tengo nada, al contrario… yo quiero que la fiesta siga. En estas fiestas han habido triunfos, la gente ha salido feliz, hemos visto una plaza llena. 
¿O sea para ti lo importante es que la fiesta siga aun así no se mate al toro?

Claro que sí. Yo estoy seguro que volverá a ser como antes. Son intereses y los intereses como la política, van y vienen. Yo prefiero seguir viniendo sin matar al toro a simplemente decir ‘no pues yo no voy’. Tampoco soy un político como para poder hacer algo más. Soy torero, apoyo con mi arte y con lo que puedo para que la fiesta siga en Quito. Es mi manera de pensar, así soy y punto. Soy un poco rebelde y me gusta cuando hay discusiones. 
Sebastián Castella
En pocas palabras, ¿cómo explicarías a un antitaurino el por qué de los toros?
En pocas no, en menos todavía. Yo no voy a gastar saliva para hablar con los antitaurinos, no les diría nada. Sencillamente ellos tienen una visión cerrada y para nosotros es nuestra vida, nuestra pasión.

Cuéntanos sobre tu libro. ¿Por qué la decisión de lanzarlo en Quito?
Me pareció el lugar adecuado. Gracias a los triunfos que he tenido en América, se me abrieron las puertas en España. Por eso es que lo digo siempre y lo seguiré diciendo ‘toda mi carrera se la debo muchísimo a América y a Quito’. Ahora ya no sólo taurinamente hablando sino personalmente porque yo era muy cerrado y tímido fuera de mi ámbito de torero, pero gracias a ustedes, a vuestro cariño, a vuestra manera de ser, he evolucionado y he crecido como persona.

Ahora que eres padre de una niña de un año, ¿cómo ha cambiado tu vida, has perdido los silencios que necesitas?
Es la ley de vida. Yo hace poco era sólo un chaval que vivía para el toro, pero tuve la suerte de conocer a mi mujer, a Patricia. Luego llegó Atenea, formamos una familia y la verdad es que te cambia mucho. El tener un bebé es algo que lo vas descubriendo poquito a poco. He tenido la suerte de estar en el parto, de cambiarla de pañal por primera vez. Son cosas muy fuertes que te impresionan, ¡como hace poco cuando dijo ‘papá’ por primera vez!

¿Qué te queda aún por mejorar? ¿Qué podemos esperar de Castella?
Espero mejorar en muchas cosas. En mi mente y en mi corazón no creo que he llegado a lo que quiero o que he topado techo. Este año no he estado en mi mejor momento, no ha sido fácil, pero ahí entra la dedicación, el trabajo. Tengo mucho tiempo por delante para seguir creciendo taurinamente. Quiero seguir sorprendiendo en cuanto a mi toreo y quiero dar mucho de qué hablar.



Por Alegría Durán-Ballén. Producción: Andrea Eastman. Fotos: Soledad Rosales. Fotografías del libro: Olga Holguín

No hay comentarios:

Publicar un comentario